¿Estás pensando en apuntarte a una academia para preparar tus oposiciones? ¡Espera! No lo hagas antes de leer este artículo hasta el final. Voy a contarte en detalle cómo se prepara la oposición en una academia convencional y verás que quizás no es tu mejor opción. Espero que te sea de gran ayuda para elegir cómo y con quién prepararte, y que superes tu oposición con éxito.
¿Por qué la mayoría elige una academia convencional?
«La gente no carece de fuerza, carece de voluntad»
Victor Hugo
El ser humano es perezoso por naturaleza y a menudo nos cuesta realizar una actividad aunque sepamos que nos va a conducir hacia el éxito. La preparación de una oposición es como una carrera de fondo: un proceso más o menos largo que exige una gran fuerza de voluntad para mantener una intensidad de estudio adecuada de forma continuada en el tiempo.
Ante la falta de voluntad, mucha gente se apunta a una academia para obligarse a dedicar una serie de horas semanales a la oposición y que nos lo den todo medio hecho. Tras pasar una tarde en la academia escuchando a tu profesor, tu conciencia quedará calmada pero en realidad no has avanzado nada; de hecho, probablemente hayas perdido mucho tiempo. Si lo que necesitas es voluntad, acudir a una academia de forma pasiva no te va a ayudar, pero hay infinidad de técnicas y trucos para conseguirlo.
Pero si ponernos en marcha nos cuesta, hacerlo solos aun más. Otra de las características de la naturaleza humana es nuestra necesidad de actuar en grupo. Nos sentimos seguros haciendo las cosas acompañados: vamos al gimnasio con un amigo, nunca viajamos solos, etc. Encerrarte en un aula con más personas te hará sentir una falsa seguridad: estarás acompañado (pero por tus competidores) y te convencerás de estar haciendo lo correcto ya que otras personas a tu alrededor hacen lo mismo (no te diferencias).
Además, te sentirás cómodo mientras alguien te guía, alguien asume el liderazgo y tú simplemente vas haciendo lo que te dice. Pero en realidad no te guía a ti sino a un grupo. ¿Por qué ir con un rebaño si tú puedes avanzar más rápido o necesitas hacerlo más lento? En cualquier caso, la verdadera y profunda razón por la que nos gusta que alguien nos guíe es para eludir una responsabilidad: si fracasas, la culpa será de otro y, además, siempre te puedes consolar con el fracaso de quienes hicieron lo mismo.
Debes asumir tu responsabilidad individual y entender que eres dueño de tus fracasos pero también de tus éxitos. De ti depende que superes tu oposición y acabes cumpliendo tu sueño de ser profesor/a con plaza fija, solamente de ti mismo.
¿Cómo acabas en una academia?
Prepararte por tu cuenta es una decisión arriesgada que exige mucho tiempo, capacidad y conocimiento sobre la oposición a la especialidad concreta a la que te presentas. Seguramente sea una opción para aquellos interinos que ya se hayan preparado bien anteriormente y no tuvieron la suerte necesaria en el examen, pero sin experiencia previa no es aconsejable ir por libre ya que posiblemente no te centrarás en lo verdaderamente importante.
La gente siempre suele empezar preguntando a conocidos que ya han aprobado la oposición. Es posible que te recomienden a su preparador/academia o que no hayan quedado satisfechos a pesar de haber aprobado, y en ese caso continúan en el punto de partida.
Una búsqueda por Internet suele ser el siguiente paso, y lo primero que encuentras son grandes academias que invierten mucho dinero en marketing online. Tras comprobar cuáles quedan a una distancia razonable de tu casa, su poder de convicción hace el resto para que casi sin darte cuenta te conviertas en alumno/a.
El grupo
Los grupos en estas academias fácilmente rondan los 30 alumnos, a veces incluso más.
Suele haber gente de todas las edades. La mayoría ya se han presentado alguna vez a la oposición y trabajaban como interinos. También suele haber algunos jóvenes que acababan de salir de la universidad y andan algo perdidos en la oposición, pero al menos sus mentes están todavía despiertas y en forma. Y, por último, un buen grupo de personas de mediana edad que van a compaginar el estudio de la oposición con sus exigentes trabajos en la empresa privada y la crianza de sus hijos.
Ciertamente, es un grupo heterogéneo aunque predomina el perfil de profesor interino en busca de una plaza fija. En estas circunstancias es comprensible que el profesor asuma que todos los alumnos conocen el formato del examen, ya están familiarizados con el temario y han hecho un buen puñado de casos prácticos de otras oposiciones con anterioridad. Es decir, no se parte de cero.
Las necesidades de cada opositor son radicalmente diferentes pero no existe la posibilidad de avanzar a distinto ritmo. Este es el primer problema que decidí resolver con el método #EMAP: posibilitar que cada opositor siga su propia estrategia y ritmo de estudio.
Las clases
Cuatro horas a la semana es lo habitual, casi siempre los viernes por la tarde o sábados por la mañana.
La estructura de cada clase es, más o menos, la siguiente:
- Durante las 3 primeras horas se resuelven casos prácticos.
Bueno, en realidad, más que resolverlos se copian a toda velocidad. Por alguna razón los preparadores avanzan a toda prisa hasta haber resuelto un mínimo de casos prácticos al final del curso. Parece que si no alcanzan ese objetivo imaginario el curso no es suficientemente bueno.
Algunas academias trabajan sobre casos prácticos escogidos al azar de entre todas las oposiciones anteriores de todas las CCAA, sin orden alguno ni agrupación por temática (a veces ni siquiera son de oposiciones anteriores).
Algunos preparadores ni siquiera dan una introducción teórica antes de comenzar los casos prácticos, aunque lo habitual es que entreguen algún material. Este material suele ser de utilidad pero muy extenso, con información que nunca vas a aplicar en el examen. Por esta razón, en Método #EMAP apostamos por el minimalismo, es decir, desechamos toda la paja, eliminamos lo innecesario, optimizamos el binomio esfuerzo-beneficio. No estudies fórmulas complejas ni teorías desconocidas que con casi total seguridad no me van a aportar ningún beneficio en el examen.
Aunque el preparador sea bueno y explique con claridad, siguiendo esta metodología es probable que no te salga ningún caso práctico ni sepas por dónde empezar tu programación. En este momento el opositor se siente perdido y empieza a frustrarse.
- La última hora suele estar dedicada a la programación didáctica. Durante las primeras semanas el profesor explicará todos los puntos que debe tener una programación y su contenido. Estas clases suelen ser de bastante provecho. Después, los alumnos harán exposiciones orales al resto de la clase, un alumno cada día.
Poco a poco se irán ofreciendo algunos alumnos a hacer sus exposiciones, cada vez más (algunos nunca llegarán a hacerlo). Al ver que muchos ya han finalizado esta parte y tú ni siquiera has empezado, te invadirá cierta sensación de estrés.
En cualquier caso, pronto te das cuenta de dos cosas importantes:
- Una vez que has visto una exposición buena, no necesitas ver más. Quizás una segunda para contrastar estilos. A partir de la tercera pierdes el tiempo.
- Nunca debes mostrar tus armas a tus adversarios. Los alumnos son plenamente conscientes de estar moviéndose entre su propia competencia, como en territorio comanche, así que las exposiciones son muy superfluas y apenas contarán mucho más que lo básico y habitual. Cualquier aportación original quedará bien guardada de posibles plagiadores. Así que la calidad de las exposiciones será, en general, bastante pobre.
¿Y qué hay del temario? El profesor te entregará unos pocos temas impresos cada mes. Punto. Te los llevabas a casa y los estudiarlos sin más. Solo unos pocos cada mes, así se asegurará de que vuelvas al mes siguiente y pagues la cuota para recibir otros tantos. Se supone que nadie se estudia el temario completo (hacerlo sería una estupidez demostrable matemáticamente) sino que hace una selección. Pero, ¿cómo vas a seleccionarlos si hasta mayo (¡un mes antes del examen!) no recibes todos los temas?
El Ritmo
Como he comentado anteriormente, hay una voluntad imperiosa por hacer más de X casos prácticos a lo largo de todo el curso y eso implica resolverlos a toda velocidad (¿quizás algunos alumnos se iban a sentir estafados en caso de hacer menos?). Es un buen entrenamiento para los músculos de tu mano, cosa que te vendrá muy bien en el examen, pero poco más. Seguir y comprender cada caso práctico durante la clase es una auténtica quimera, y a menudo te centrarás en copiar y ya lo revisaría en casa (o no).
Por consuelo, al resto de alumnos les ocurrirá lo mismo, lo sabrás por sus caras y porque casi nadie pregunta. ¿Cómo vas a preguntar si no tienes tiempo de atender? ¿Cómo vas a preguntar y poner en riesgo el objetivo de los X casos prácticos? Cada pregunta suena como un frenazo en seco, y notas que los demás te miraban con recriminación. ¡Hay que seguir el ritmo como sea!
Sin embargo, cuando se trata de una programación didáctica siempre hay mucho tiempo para resolver dudas, casi siempre cuestiones individuales, es decir, que afectan a la programación concreta de quien pregunta y no a las demás. Esperas con estoica paciencia a la siguiente pregunta y vuelves a casa con la sensación de haber perdido el tiempo.
Simulacros de examen
La idea de hacer simulacros de examen es buena. El profesor te los corregirá y esto te dará información sobre tu rendimiento. Al fin y al cabo, no sabes cual era el nivel de exigencia en una oposición a profesor o maestro.
Pero los simulacros tienen fecha fija y cuando llegas al primero tú todavía no has tenido apenas tiempo de empezar a estudiar. En ese caso, será un completo desastre y te llevarás la sensación de estar muy rezagado o no tener la capacidad que se exige. La corrección simplemente dirá «Bien» o «Desarrolla más el apartado 2». Lo cual es razonable, ¿por qué tu preparador va a calificar tu examen si tu tribunal puede adoptar otros criterios y darte una nota muy diferente?
A menudo, los simulacros consiguen frustrarte aun más hasta el punto de considerar abandonar. Por otra parte, ¿por qué perder cuatro horas de clase cuando cada uno puede hacer el simulacro en casa?
Ventajas de una Academia Convencional
Aunque ya habrás visto que existen muchos inconvenientes a la hora de preparar tu oposición en una academia, también hay algunas ventajas innegables:
- Te compromete: obligarte a ir al menos cuatro horas semanales a una academia para preparar tu oposición es una forma de comprometerse a ser constante. Pagar una alta cuota también te compromete a ir hasta el final y no abandonar por el camino.
- Conoces a tus competidores: a tu alrededor estarán tus competidores preparándose para sacar más nota que tú. Si te fijas en ellos podrás darte cuenta de que tú puedes ser mejor, e incluso podrás sacar alguna idea o truco para tu preparación. Pero cuidado, las personas siempre intentan proyectar solamente sus puntos fuertes y ocultar los débiles: cuando alguien sabe algo se hace notar, pero calla cuando no lo sabe. Esto puede confundirte y hacerte creer que tus competidores están mucho mejor preparados que tú, lo que al final genera falta de confianza.
- Es más humano: el contacto visual y verbal con personas es más real y humano que hablar por teléfono o videoconferencia.
- Sales de tu espacio: las academias suelen contar con aulas bien equipadas y ambientadas para el estudio. Quizás en tu casa no dispones de un lugar tan apropiado. En cualquier caso, es sano cambiar de lugar físico de vez en cuando. Para todo esto están las bibliotecas.
Inconvenientes de una Academia Convencional
He intentado hablar con justicia y objetividad, pero la lista de inconvenientes al preparar tu oposición docente en una academia es considerablemente más larga:
- Exige que te desplaces: lo más probable es que la academia no esté justo frente a tu casa y tengas que perder un tiempo precioso en llegar hasta allí. Además, gastarás dinero si tienes que conducir o ir en transporte público.
- No se adapta a tu ritmo: el ritmo es el mismo para todo el grupo, no existe la posibilidad de ir más rápido ni más despacio, ni tampoco empezar de cero.
- Falta estrategia: en el supuesto caso de que el preparador indique algunas recomendaciones estratégicas, lo hará a todo el grupo y no individualmente. La mejor estrategia para tí no tiene por qué ser la mejor para otro opositor con distinto perfil.
- Son caras: un precio normal es 150€ al mes más matrícula y material. Visto así no parece tanto pero las matemáticas no engañan: acabas pagando unos 1500€ en total.
- No te diferencias: si hay 50 o 100 personas estudiando en tu misma academia y con la misma estrategia, todos haréis un examen parecido. Ponte en la piel de un miembro de un tribunal corrigiendo: cuando ves un examen parecido a otro tiendes a compararlos, y si el tuyo es algo peor sufrirás un agravio comparativo, pero si es original no te compararán con nadie.
- Se pierde demasiado tiempo: buena parte de las clases están desaprovechadas con exposiciones de poco valor, debates innecesarios, preguntas absurdas y resoluciones de problemas a demasiada velocidad.
- Los contenidos son demasiado extensos: el material no está bien depurado y te exige un esfuerzo extra para filtrarlo y resumirlo.
- La duración es fija (9 meses): los cursos en academias comienzan en septiembre. Si te matriculas más tarde, en caso de que te lo permitan, no podrás comenzar desde el principio y habrás perdido parte del curso. Si quieres preparar la oposición en menos tiempo (es perfectamente posible hacerlo) debes descartar ir a una academia.
- Frustra en vez de motivar: en una academia se da importancia a los contenidos teóricos pero no a los actitudinales. Sentirás frustración al no superar un simulacro de examen cuando no lo hiciste en una fecha adecuada para ti, al percibir que en ocasiones no alcanzas el ritmo de la clase y también cuando observes que otros alumnos han avanzado más que tú. Al final, te faltará confianza y control para afrontar la oposición.
- Si pierdes una clase no se recupera: te pondrás malo, tendrás un viaje, te surgirá un imprevisto en el trabajo…perderás algunos días de clase sin posibilidad de recuperarlos.
Mi Solución: el Método #EMAP
Tuve que diseñar mi propio método. Había demasiadas ineficiencias en la academia y las podía resolver. Gracias al método #EMAP conseguí mi plaza y ahora lo he mejorado para compartirlo contigo. ¡Seguro que a ti también te hará aprobar tu oposición!
Así es como el Método #EMAP resuelve los inconvenientes de una academia:
- Se adapta a tí: te permite diseñar tu propia estrategia para que te diferencies de los demás y puedas avanzar a tu ritmo, teniendo en cuenta tus fortalezas. Podrás empezar de cero o desde donde tú quieras y completar tu preparación en unos pocos meses.
- Es 100% online: para que no pierdas tiempo desplazándote, para no estar atado a ningún horario fijo, para que no te pierdas ninguna clase, para que puedas avanzar a tu propio ritmo y lo finalices en el tiempo que quieras.
- Es barato: gracias a que es online, el precio del Método #EMAP es un 40% más barato que una academia, aproximadamente,
- Es minimalista: incluye estrictamente lo que necesitas para aprobar tu oposición, nada más. Para que no te satures con información innecesaria y puedas ir directamente al grano. Para que no tengas que perder tiempo adicional por tu cuenta.
- Motiva, no frustra: incluye material para mejorar tu autocontrol y confianza, porque tu actitud va a ser clave para aprobar la oposición. Además, eres tú quien decide cómo y cuando autoevaluarte.
- Fomenta el esfuerzo y la perseverancia: conseguirás mantener una intensidad de trabajo continuada en el tiempo sin apenas notarlo. Potenciarás tu fuerza de voluntad y tu perseverancia.
Como conclusión, son demasiados los inconvenientes y las ineficiencias en la formación en una academia. Por eso diseñé el Método #EMAP, creando exactamente lo que me habría gustado tener cuando preparaba las oposiciones. Y confío en que el resultado es muy bueno, ¡seguro que te ayudará a conseguir tu plaza!
¿Y tú? ¿Has preparado oposiciones en una academia convencional? ¿Cuál ha sido tu experiencia? ¿Te apuntarías al Método #EMAP? Comparte tu opinión comentando este artículo.
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